Fue en el 2011
cuando Nicolás Viani y Adrián Pizzurno –ambos vecinos de Tigre- decidieron
tomar el volante y dirigirse por un camino claro, el de los cortometrajes. Desde
entonces, cada año realizan el Festival de Cortos de Don Torcuato (FCDT)
convocando a gente de todo el mundo que quiera aportar sus producciones
cinéfilas para ser evaluadas y premiadas por un jurado con experiencia en la materia.
El objetivo
estuvo claro desde un comienzo. “La idea es devolverle a Don Torcuato el cine y
recuperar la identidad de la época gloriosa, conocida como ‘los años dorados’,
en la que la ciudad fue cuna del séptimo arte”, afirma Pizzurno, director del
evento.
La elección de la
ciudad tuvo un porqué. Su historia y su bagaje filmográfico con producciones
tanto locales como internacionales fue la principal excusa. Sumado a ella, las
ganas de transmitir a nuevas generaciones la historia y el espíritu del cine. “Tigre
es reconocido en todas partes del mundo como uno de los principales destinos
turísticos, en ese momento lo era Don Torcuato por sus “Estudios Baires”,
detalla Viani, el mentor de la iniciativa.
Para estos jóvenes, un máximo de 15 minutos
es suficiente para que quien participe tenga la oportunidad de mostrar su
talento y reúna las condiciones cinematográficas necesarias. La convocatoria
siempre estuvo abierta a todo el mundo sin restricciones. En la última edición recibieron
vía online más de 300 cortos, provenientes de los 5 continentes, y fueron
premiados 12. Al respecto, Viani explica: “Desde que superan la instancia de preselección, todos
son ganadores. Cada uno genera un efecto diferente en la gente. Hay algunos muy
buenos que generan reflexión y otros carcajadas, pero cada quien recibe su
estilo de aplauso”.
Una historia
clara con creatividad y estética; y un combo que fusione detalles técnicos como
filmación, planos y fotografía son algunos de los puntos evaluados por un
comité, que tiene como tarea desentrañar cada cortometraje para definir su pre-selección
y categorización; y finalmente ser evaluado por un jurado.
En cuanto al
premio, los ganadores de cada categoría –mejor cortito, temática específica y
comedia/ficción- reciben un trofeo de madera, pero a su vez, entre todos los
ganadores, se elige el mejor cortometraje del evento y sus integrantes se
llevan una réplica a escala de la emblemática Torres Baires torcuatense,
construida por el artista y vecino tigrense, Norberto Ríos.
“El jurado es
convocado por la organización del festival. De todas formas, se busca sumar
personalidades del medio como directores y guionistas”, explica Viani, quien
añade que en la última edición, realizada el 2 de noviembre, se contó con la
participación de figuras como Patricio Vega, Alejandro Giuliani y Juan Alpuin.
No obstante,
aseguran que sin el apoyo del Municipio de Tigre su proyecto no podría
realizarse. “Cuando arrancamos no sabíamos que puerta tocar, pero luego nos
dimos cuenta que el municipio siempre las había tenido abiertas. Cada año nos
acompaña y nos da una mano; y a nosotros como vecinos nos llena de
satisfacción”.
Entre las anécdotas
recolectadas, Pizzurno rescata una que lo marcó y que, según él, lo hizo dar
cuenta que junto a su amigo iban por buen camino. “Una vez, un vecino me dijo
que venía con la idea de aburrirse, ver algo casero y con planos mal hechos; y terminó
sorprendido porque pudo disfrutar cine de primer nivel y que las producciones
no tenían nada que envidiarle al resto de los festivales. A partir de ello, lo
vemos en cada edición firme en su butaca”.
Si bien ambos
estudian y trabajan en áreas que nada tienen que ver con la pantalla grande,
estos contadores de historias cortas parecen estar cada vez más cerca de
cosechar su siembra, que el cine de barrio regrese a la ciudad y que la gente
vuelva a reír o llorar con la ficción.
Conocé más sobre la iniciativa en: www.festivaldecinedt.com.ar, en Facebook: Festivaldecinedt o vía Twitter: @festivalcinedt
Para más información: festivaldecinedt@gmail.com
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